Recuerdo cuando comencé a trabajar en Irlanda, me encantaba mi trabajo y además quería dar buena impresión, así que me quedaba en la oficina largas horas.
Hasta que un día uno de mis compañeros me advirtió que dejara de hacerlo. Me comentó que en los países nórdicos, si haces más horas das la impresión de no ser capaz de hacer tu trabajo en ocho horas. Básicamente das la imagen de ser una persona poco productiva. Aquello me sorprendió muchísimo, ya que en España, pasar muchas horas en la oficina estaba «bien visto».
Tras diez años viviendo y trabajando fuera de España me di cuenta que en nuestro país no solo se fomenta el presentismo, sino que se puede llegar a confundir con productividad. Como resultado en nuestro país, a pesar de que se pasa más horas en el trabajo, no se produce más.
Hace unos días un empresario se quejaba de que uno de sus empleados llegaba y se iba siempre puntual. Nunca se quedaba más tiempo de lo que era el horario oficial. Esto en principio no debería ser el criterio para evaluar el rendimiento, tendríamos que basarlo en los resultados que alcanza esa persona.
Podemos tener gente en nuestro equipo que cumple su horario a rajatabla y que rinde, y todo lo contrario, gente que pasa más horas que nadie en la oficina y no consigue cumplir sus objetivos.
¿Cuál es el resultado de fomentar el presentismo?
Si evaluamos a nuestros empleados por la cantidad de tiempo que pasan en la oficina, sin poner objetivos claramente definidos, corremos el riesgo de que pasen horas y horas en sus puestos que no tienen por qué ser productivas. Además está demostrado que tras determinado número de horas dejamos de ser productivos, por no mencionar los desequilibrios que surgen entre vida familiar/vida profesional.
Largas horas en la oficina que no se traducen necesariamente en productividad, más bien se traducen en:
- Coste de horas extra
- Falta de conciliación familiar
- Falta de motivación
- Menos productividad
- Fatiga
- Aburrimiento
¿Penalizamos la productividad?
¿Cómo se penaliza a veces la productividad? Cuando alguien se va pronto porque ha terminado su trabajo, se le puede cargar con más trabajo hasta que lo «quemamos».
Esto también ocurre a nivel de equipos, cuando perciben que el resultado de rendir más quizá no es el reconocimiento, sino la amenaza de que tal vez sobra gente y haya que desprenderse de alguien.
Todo esto puede hacer que nuestro equipo perciba que ser «productivo» puede ser algo «contraproducente», es decir, algo que puede tener consecuencias negativas: Una paradoja que he visto en más de una ocasión.
¿Qué opciones tenemos?
Pienso que queda mucho trabajo por hacer en esta dirección, y que la solución está en dos claves:
Definir claramente los objetivos y resultados que se quieren alcanzar
Fomentar la auto-responsabilidad y el compromiso así como dentro de nuestros equipos.
Está claro que hay ciertos puestos que requieren presencia, como por ejemplo aquellos que ofrecen algún servicio de cara al público o establecimientos con horario comercial. Pero no todos los puestos requieren esa «presencia».
Soy partidaria de trabajar por objetivos, definirlos claramente y basarnos en la consecución de esos objetivos para evaluar el rendimiento de los miembros de nuestro equipo. Si deciden hacerlo de forma productiva la recompensa podría ser que pueden irse antes de la oficina.
Marquemos objetivos y dejemos que elijan la forma de organizarse para conseguirlos.
Así conseguiremos más motivación y compromiso que si simplemente interpretan su trabajo como pasar horas ocupando su asiento en la oficina.
Para comenzar a ponerlo en práctica había que tomar ciertas medidas:
- Definir objetivos claramente
- Flexibilidad de horarios
- Hacer seguimiento de resultados
- Recompensar la productividad
- Fomentar el compromiso y la autoresponsabilidad
- Buena comunicación
En resumen, la cantidad de horas que se pasan presencialmente en la oficina no tienen por qué traducirse en productividad, marquemos objetivos claros y fomentemos el compromiso y la auto-responsabilidad. Basemos el rendimiento de nuestros equipos en los resultados que alcancen.
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Inma Ríos Experta en Liderazgo y Desarrollo de Equipos de Alto Rendimiento, se dedica a guiar a Líderes y Equipos a alcanzar sus objetivos , por medio de Formación, Mentoring y Desarrollo Personal. Ingeniero Agrónomo con 15 años de experiencia en multinacionales en varios países. Business Trainer, Conferenciante y Coach Profesional Certificada por ASESCO nº 10.370. Más información en www.inmarios.com