Un Equipo de Alto Rendimiento es aquel que consigue grandes resultados y cuyos miembros trabajan motivados y comprometidos. La recompensa económica no es la única forma de motivar a un equipo. La mayoría de las veces lo que verdaderamente les motiva es: objetivos claramente definidos, un liderazgo sano y motivador, sentirse parte esencial de la organización y que su trabajo sea valorado y considerado necesario.
La forma de gestionar un equipo puede tener tanto efecto en los resultados como el equipo en sí mismo. Encontrar la manera de hacerlo correctamente puede ser la clave del éxito. No hay un estilo único que sea valido para todas las ocasiones. La clave está en adaptar el estilo de Liderazgo a cada situación y a cada individuo, así como aplicar, cuando la situación lo exija, técnicas para sacar el mayor potencial del equipo y de cada individuo.